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Reseña Histórica Diaconado Permanente Bogotá

8 de Septiembre de 2020
diaconado

RESEÑA HISTÓRICA

El Diaconado Permanente en la Arquidiócesis de Bogotá fue creado por el Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, el mismo día de su posesión como Arzobispo de Bogotá, haciéndolo jurídicamente visible con el decreto 066 de 1995. El decreto establece que es para hombres casados, con 10 años de matrimonio y cuarenta de edad.

El Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, nombro a Monseñor Agustín Otero, como su representante en la tarea de acompañar la primera junta para que se hicieran los primeros lineamientos de la formación.

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La primera junta de Formadores con la dirección del Pbro. José Gabriel Mesa. O. P. hace reflexión y diagnóstico sobre la realidad de la Arquidiócesis y la necesidad de estos nuevos agentes de evangelización para la ciudad.

Nombrado Monseñor Alberto Ojalvo como director y con nueva junta de Formadores, presentan las directrices y los procesos formativos desde distintos ángulos que requiere el candidato: humanos, académicos, espirituales y pastorales, que darán el perfil del diácono permanente que requiere la ciudad de Bogotá.

Estas dimensiones de la formación y los pilares fundamentales del ministerio, sobre la Palabra, la Liturgia y la Caridad, serán los ejes fundamentales de la formación para que los elegidos puedan desarrollar su ministerio de servicio en medio de las comunidades cristianas, o instituciones de iglesia.

SEDE DEL DIACONADO PERMANENTE

El Señor Arzobispo Rubiano Sáenz establece la sede para los aspirantes y candidatos al Diaconado Permanente en el Centro de Estudios Pastorales Cardenal Aníbal Muñoz, CEPCAM, para la formación de nuevos ministros para la Iglesia. Allí en el mismo predio del Cepcam se construyeron las aulas requeridas para llevar a término los procesos necesarios para el ministerio.

 

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El CEPCAM: Un bello lugar que ha servido en el pasado a la formación de los Padres Eudistas y que en el presente sigue siendo una edificación de más de cien años; construcción de estilo republicano que le da a la plaza de Usaquén un realce, en un recuadro digno de conocer, disfrutar y conservar esta joya arquitectónica. El silencio, los espacios, los patios de la Inmaculada Concepción y del Agua, las zonas verdes, aulas, auditorios, restaurantes, oratorios y centros de convenciones son propicios y están al servicio de quienes son llamados por el Señor a esta Vocación.

Reseña Histórica Diaconado Permanente Bogotá